El Arxiu de Dénia, a través de su serie «La Mirada de l’Arxiu», ha compartido en redes sociales la historia del reloj público de la ciudad, un elemento que, más allá de marcar las horas, ha servido durante siglos como guía para la vida diaria de los dianenses.
Un reloj medieval al servicio del pueblo
En la Edad Media, cuando la villa de Dénia aún se situaba dentro del recinto del castillo, ya existía un reloj público. Aunque no se conserva información detallada sobre su aspecto, se sabe que estaba instalado en la antigua iglesia de la Asunción, un emplazamiento natural dada la influencia de la Iglesia en la vida cotidiana. En aquel entonces, los horarios de trabajo y oración, como el ángelus a las 6 de la mañana, al mediodía y a las 6 de la tarde, marcaban el ritmo de los agricultores y de la población en general.
Con la expansión urbana de Dénia hacia el área que hoy se conoce fuera del castillo, el reloj siguió ubicado en lo alto de la iglesia. Su mantenimiento era considerado un servicio público esencial. Documentos históricos indican que en 1610 el Ayuntamiento pagaba a Onofre Pelegrí por su labor como relojero de la ciudad. Más tarde, en 1622, tras quejas de los vecinos, se instaló un nuevo reloj.
Del campanario al Ayuntamiento
Durante el siglo XVIII, cuando se reconstruyó la iglesia de la Asunción en la actual plaza homónima, se presume que el reloj también fue trasladado allí. Sin embargo, el cambio más significativo tuvo lugar en 1877, cuando el reloj fue instalado en lo alto del edificio consistorial, donde aún permanece. Una inscripción en piedra recuerda este momento clave en la historia urbana de Dénia.
El mecanismo original funcionó hasta diciembre de 1965, cuando fue sustituido por el reloj actual. Aunque no existe confirmación oficial, se cree que este nuevo reloj fue una donación del suizo Paul Bogni, conocido por su implicación en la promoción inmobiliaria de la zona de la “Lloma del Castañar”.
Hoy en día, el reloj del Ayuntamiento sigue marcando las horas, como un testigo silencioso del paso del tiempo y de la evolución de Dénia, recordando a sus ciudadanos la importancia de conservar y valorar su patrimonio histórico.
