Vecinos y empresarios de Dénia se desesperan con la paralizada obra del solar de Marqués de Campo
En 2021 se anunció el flamante proyecto que ocuparía el solar de Marqués de Campo, y la mayoría de vecinos esperó con ansia a que se materializara. La acogida estaba más que justificada, desde que se echara abajo el antiguo ambulatorio ubicado en el lugar, el solar se mantuvo vallado y lleno de maleza hasta que fue adquirido por el Ayuntamiento de Dénia en 2018, quien lo limpió y abrió a los viandantes, con una eterna promesa de fondo de darle el valor que merece al estar situado en una zona tan emblemática. Pero ya hace un lustro que en él solo hay un descampado de tierra.
Los vecinos están hartos de mirar cómo todo sigue parado, pues la espera desde que arrancaran, al fin, las obras ha agraviado su situación. Tras el anuncio a finales de 2021 del proyecto ganador de un concurso anunciado a bombo y platillo, la zona verde resultante quedó en el aire. Ya sabíamos qué iban a poner en el solar, pero pasaron los meses y no hubo ninguna noticia más al respecto. Desde el Ayuntamiento señalaron que la demora se debía a la falta de materiales derivada del conflicto en Europa. Y cuando parecía que el mercado volvía a la normalidad, un nuevo escollo: nadie se quería hacer cargo del proyecto.
Una odisea que no acaba
En abril del pasado año por fin se publicó el primer concurso para que las empresas optaran y así empezar las obras. El presupuesto era de aproximadamente 740.000 euros, lo que no fue suficiente para contentar a ninguna empresa. Quedó desierto y tuvieron que ampliar el presupuesto hasta los 775.926 euros para volver a sacar la licitación. Esta vez sí hubo interés y se hizo con el contrato la empresa alicantina Construcciones Porticada SL.
A principios de diciembre, el 4 para ser exactos, el Ayuntamiento anunció el inicio de las obras oficialmente, con la foto de rigor difundida en todos los canales de comunicación posibles. Por fin iba a concluir la odisea que, sin embargo, estaba lejos de acabar. Sin previo aviso, las obras se detuvieron poco después, tras llenar el solar de excavaciones y vallar nuevamente la zona. Los obreros desaparecieron, pero sí se ha quedado una enorme valla que dificulta el paso, y oculta, el carrer de l’Estació, un baño portátil que para colmo se sigue gastando y un sinfín de trastos.
Malestar vecinal
El solar vuelve a ser un descampado inservible, pero en esta ocasión se ha adueñado de una de las calles circundantes para desesperación de vecinos y empresarios del lugar, que en conversaciones con este periódico han mostrado su impotencia al ver que la promesa de tener un espacio verde en cuatro meses se esfuma y el sueño se convierte en una pesadilla.
La valla oculta sus negocios, pero también dificulta el acceso a ellos al no permitir el paso de más de una persona a la vez, y sin hablar de carros o sillas de personas con movilidad reducida. De hecho, cuentan que presenciaron la caída de una mujer con andador cuando intentaba a mitad recorrido ceder el paso a un carro.
En el solar han desaparecido los obreros, como decíamos, pero siguen apareciendo de tanto en tanto algunos de fuera para utilizar el baño que ahí han dejado. El cual, además, está rodeado de los restos de los árboles arrancados frente a la entrada del Museu del Joguet, hace ya casi dos meses.
La gente del lugar sigue sin saber qué ha pasado y qué va a pasar con el solar. La concejala de Urbanismo, Maria Josep Ripoll, nos ha atendido y, aunque ha confirmado que, efectivamente, habrá un retraso en la fecha estimada de conclusión de los trabajos, insiste en que están presionando para que vuelva la empresa a la actividad lo antes posible, recordando que son los responsables de cumplir los plazos. El motivo de la ausencia de trabajadores se debe a que la concesionaria está haciendo cálculos para aprovechar la cimentación del antiguo ambulatorio que ha vuelto a salir a la luz con las primeras excavaciones y así usarla para la colocación de las futuras pérgolas de la plaza.
Como sea, se acercan fechas clave para muchos negocios, como el Mig Any, las Fallas y Pascua, pero asumen que seguirán a la sombra de una obra paralizada que se preveía acabada en abril y no estará. Ahora cruzan los dedos para que finalice antes del verano.